lunes, 2 de abril de 2012

A toda pastilla

Cinco fuimos los zorros que ayer salimos a disfrutar de nuestra pasión.
Quedamos, como siempre, a las 7.30 y antes de salir, algo de mecánica. Yo me encontré la bici con la trasera pinchada y el Bimba había tenido problemas durante la semana para cambiar las pastillas de freno, por lo que, antes de salir, nos pusimos a cambiarlas.

La verdad es que costó porque, aunque las pastillas entraban, el disco no. A base de pericia y de algo de fuerza, todo se ha de decir, conseguimos colocar las ruedas pero, la verdad, mucho no giraban. Le hicimos todo lo que creíamos que teníamos que hacer y conseguimos que giraran más pero no mucho. Como el Bimba tiene buenas piernas se puso a tirar a ver si a fuerza de darle a la maneta la cosa iba mejorando.

Nos ponemos en marcha, dirección Sant Climent, por la riera. Aquí he de decir que la han limpiado bastante y han tapado el agujero de la deixallería por dónde, según me contaron, los amigos de lo ajeno, tiraban lo que les interesaba afanar. Parece que la denuncia que hice sirvió de algo, al menos temporalmente. Una vez en Sant Climent, hasta el Bori y de allí hasta bajamos hasta Can Amat, para poner rumbo a la puerta verde. La intención era subir el Purgatori, pero se quedó sólo en intención. Sergio seguía con sus problemas en los frenos, por lo que decidimos poner rumbo a Begues y allí hacer un cava.

La subida fué rápida, en parte porque Sergio se puso a tirar como un poseso, frenado y todo, pero ya a la altura del km.6 lo pagó y empezó a sufrir. Cuándo llegó arriba iba bastante tocado. El que tiró como un posedio fue el Pupas, no hay nada como motivar con cava, jeje.

Una vez en Begues, nos vamos dirección Cal Xanco, pero ¡ay de nosotros! estaba cerradoooo. Después de unas cuántas risas del Bimba (no le gusta el cava) y como ya habíamos comprado un pan de kilo, pues tocaba alternativa. Nos compramos una buena llonganisa, nos sentamos en un parque y nos la comimos. Eso sí, antes de eso, seguimos peleando con los frenos, ahora tocaba purgarlos y por fin, después de quitar un poco de líquido conseguimos que las ruedas dejaran de estar frenadas.

Vuelta para casa, con alguna rampita y bajadita divertida para acabar con buen sabor de boca y, por lo menos, tener la sensación de que algo habíamos hecho.

Como siempre, mucha risa y compañerismo... ahhh, nos acompañó el Doctor Lácteo, pero eso ya lo explicaré en otra ocasión.


Lo más destacado del día

Ese pedazo de salchichón.

Después Frodo nos obsequió con unas rosquillas de la Comarca.


2 comentarios:

  1. No se si lo hicisteis, pero con la rueda quitada presionais en cada pastilla vieja con un destonillador o similar, hasta que se meta hacia dentro lo maximo, ahora ya estan los pistones en su sitio y procedemos a cambiar las pastillas

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